Michael Kowalski: Historia de un Sicario.

 

El Gobierno siempre lo supo. De hecho, antes de que Colón viniera a América, todo el mundo sabía que los vampiros existían, otra cosa es que lo callaran. La Iglesia les obligaba: cómo explicar una raza superior a la humana, una raza depredadora de humanos, cuando Dios los había creado a imagen y semejanza. Si existieran, querría decir que Dios no es todopoderoso como la Biblia decía. Por eso se lo callaron y se limitaron a combatirnos. Pero a mí todo esto no me tocó vivirlo (o morirlo).

 El Gobierno lo sabe todo de todos, te lo aseguro: yo trabajé para ellos. Saben que hay vampiros, hombres lobo, espíritus e incluso magos auténticos. Saben lo de La Camarilla y el Sabbat, y muchas otras cosas. Prefieren callarlo, prefieren que la gente no sepa lo que pasa. ¡Mejor! ¿Te imaginas que hubiera leyes específicas para nosotros? Una que dijera: sólo puedes alimentarte de ratas. Al final pasaría: todo el mundo querría ser vampiro u hombre lobo y ya no quedaría caza fácil.

 El Gobierno se limita a cazarnos. A todos. Por su propia seguridad, dicen. No pueden aceptar que los vampiros dominemos el mundo en la sombra ("lasombra: ¿lo coges?").

 Antes yo pensaba así. Yo era un "hombre de negro", cazaba vampiros para el Gobierno. Pero la situación cambió: ahora cazo humanos. ¿Cómo llegué a esto? Pues... deja que te cuente mi historia: 

Habíamos descubierto que un vampiro se había hecho demasiado poderoso... no en el sentido de disciplinas, no. Se había hecho poderoso gracias a sus redes de tráfico de armas, coches robados, trata de blancas, niños... En fin, que tenía de todo y había que detenerle.

 Estuvimos 4 años detrás de Joseph Hessler, y no sólo por los Estados Unidos: Canadá, Brasil, Francia, Angola... Cada año que pasaba más poder adquiría. Tuvimos varios encuentros con vástagos suyos y pocos sobrevivieron. Nunca conseguíamos llegar a verle. Siempre se nos escapaba.

 Finalmente, un día lo conseguimos. Descubrimos su refugio y le tendimos una emboscada. Fue una batalla sangrienta. Ocho de los míos cayeron frente a sólo dos de sus vástagos, y eso que llevábamos todo el equipo caza-vampiros: lanzallamas, granadas de fósforo, calentadores, estacas, en fin, de todo. Al final, sólo quedábamos dos: él y yo. A mí no me quedaba nada de munición y tenía una pierna rota. Me estaba arrastrando hacia el lanzallamas de un compañero cuando sentí un fuerte golpe en la cabeza.

 Cuando desperté tenía mucha sed. El tipo estaba sentado en lo que quedaba de un sofá mirándome fijamente. Intenté huir, pero me ordenó que me quedara.

 - Supongo que tendrás sed, ¿verdad?. Asentí.

- Bebe. Me ofreció de su sangre. Yo, simplemente, obedecí.

- Ya sabes lo que eres, pero querrás saber por qué. Te necesito vivo. Tus conocimientos sobre nosotros y sobre las tácticas del Gobierno me serán útiles en el futuro. Se que no me traicionarás. No tirarías piedras contra tu propio tejado ¿verdad?. Venga, vámonos a otro refugio.

Y así me convertí en lo que soy, un Ventrue.

 Los ocho años siguientes me los pasé de viaje como un perrillo faldero, anticipando emboscadas para él. Hubo de todo: del Gobierno, de Hombres Lobo, de Señores del Crimen humanos, de otros Vampiros... De alguna manera, yo sabía si había una trampa.

 Un día se enamoró de una vástaga de un rival suyo. Tenía menos poder que Hessler, pero era más listo. Se dio cuenta de la situación y "dejó" que Melissa se fuera con él.

 Pocas semanas después estaba yo aquí en Nueva Orleans atendiendo negocios suyos. Hessler estaba en Londres con su "amiga". Conrad, su enemigo, preparó una emboscada junto a mis antiguos camaradas del Gobierno. Fue una masacre. Todos los de nuestra "familia" murieron.

 Yo afortunadamente me enteré antes de volver a Londres. Rápidamente moví algo del dinero de Hessler - que ya no iba a necesitar- a cuentas mías, antes de que se dieran cuenta de que faltaba, y me instalé aquí, adquiriendo sus negocios locales. Después de todo, me lo debía, por todos esos años de pelear con Brujahs, Giovannis, Setitas, caza-vampiros y los peores de todos (pero que no salga de aquí) los Ventrue. Los Ventrue creen que todo el mundo gira a su alrededor y que hay que hacerles caso.

Tuve la desgracia de caer en este clan. Es mi penitencia hacerles creer que me caen bien. Todos intentan pegarte la puñalada cuando más confías en ellos (no es que pase sólo en este clan, pero...). Así que no les doy oportunidad, porque NO CONFÍO EN NADIE.